Obispo McClory responde al muerte de Papa Benedicto XVI

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Como habrán escuchado, Su Santidad el Papa Benedicto XVI ha partido de esta vida terrenal el 31 de diciembre de 2022, en la Ciudad del Vaticano. Les pido que se unan a mí en la oración por el descanso del alma del Papa emérito, que fue un fiel servidor de Jesucristo. Invito a rezar el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria al Padre y a recitar el Rosario por el descanso de su alma.

El Papa Benedicto XVI llevó una vida extraordinaria. Poseía un gran intelecto, una fe profunda y un corazón de servidor. Como teólogo, realizó grandes contribuciones a la Iglesia tras el Concilio Vaticano II, entre ellas su importante labor como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y sus escritos sobre los Padres de la Iglesia, la liturgia y su serie de libros sobre la vida de Jesús de Nazaret.

Elegido Papa en 2005, Benedicto XVI dirigió la Iglesia con gran compasión e integridad. Comprendió su papel de pastor de la Iglesia universal y predicó a menudo sobre el amor de Dios. En su encíclica Deus Caritas est (Dios es amor), el Papa Benedicto XVI escribió: "Viendo con los ojos de Cristo, puedo dar a los demás mucho más que sus necesidades externas; puedo darles la mirada de amor que anhelan".

Tras su renuncia al papado en 2013, Benedicto XVI se dedicó a la oración, sirviendo en silencio a la Iglesia como un amoroso intercesor. Su ejemplo de humildad ante Dios y ante los demás fue un poderoso testimonio de que solo Dios basta. Le echaremos mucho de menos.

Rezamos durante este tiempo de Navidad para que el Papa Benedicto XVI reciba la recompensa que recibió Simeón al ver al Niño Jesús: "Ahora, Señor, puedes dejar que tu siervo se vaya en paz, conforme a tu palabra, porque mis ojos han visto tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel". (Lc. 2, 29-32).

Su Servidor,

Reverendísimo Robert J. McClory
Obispo de Gary