Ten Principles of Missionary Discipleship

Top Ten lists are appealing to me. At the end of the year, there are lists of the top ten news stories or movies and so on. I’m drawn to those lists as a simple summary way to get an overview of a topic.

On Feb. 6, I issued my pastoral letter “We Proclaim Jesus as Lord” (available at dcgary.org) which focuses on the topic of missionary discipleship. Guess what you’ll find in the letter? A list of Ten Principles of Missionary Discipleship. 

Note that I do not call them the “Top Ten.” This list is neither exhaustive nor necessarily in a rank order. It’s designed to group some key principles in a way that, hopefully, makes understanding our call to missionary discipleship a bit more accessible.

In the pastoral letter I have more detailed explanations, but the list includes Ten Principles of Missionary Discipleship: (1) We proclaim Jesus as Lord, (2) We are called to be missionary disciples, (3) We invite others into a personal encounter with Jesus, (4) This is God’s work, not our own, (5) Prayer and hard work are required of us, (6) Our efforts as missionary disciples will require our own ongoing conversion, (7) Joy should be evident in our invitation to others to enter into a personal encounter with Jesus, (8) Healing and reconciliation are central to our efforts,  (9) An inviting and welcoming outreach is essential to our efforts and (10) We should embrace a sense of urgency in this work.

While the letter has only been released recently, I have already heard people react by choosing their “favorite” principle. A brother priest told me he was glad I included principle four “This is God’s work, not our own.” He commented that sometimes when we undertake our missionary efforts, we forget that God is really the one doing the work through us.

At lunch with the third-year class of our Lay Ecclesial Ministry students, they mentioned a conversation they had about continuing formation. They said principle six became a way to reflect on that: “Our efforts as missionary disciples will require our own ongoing conversion.”

For my part, of course, I like them all! However, I have been reflecting a bit more on principle seven: “Joy should be evident in our invitation to others to enter into a personal encounter with Jesus.” I was blessed to see this principle evident when I celebrated the feast day of the foundress of the Sisters of St. Francis of Perpetual Adoration at the provincial motherhouse in Mishawaka. I experienced great joy from the sisters and realized how attractive that is to those they serve and the women who are discerning entering their community.

As you look at this list and delve into the pastoral letter, perhaps you’ll find one that is particularly applicable or appealing. I encourage you to review the reflection questions through the lens of your own personal journey. Perhaps you’ll be drawn to one that is more challenging, such as principle ten: “We should embrace a sense of urgency in this work.” My prayer is that as we strive to live out these principles (and plenty more that are not contained in this list), we will experience great blessings in Northwest Indiana. 

Entrusting all of us to the Holy Angels and the intercession of Our Lady of Lourdes, I am

Your servant,

The Most Reverend Robert J. McClory

Bishop

Diocese of Gary

NWIC Obispo McClory 20220220


Diez principios del discipulado misionero

Las listas de los diez mejores me resultan atractivas. Al final del año, hay listas de las diez mejores noticias o películas. Me atraen esas listas como una forma simple de resumen para obtener una visión general de un tema.

El 6 de febrero, publiqué mi carta pastoral "Proclamamos a Jesús como Señor" (disponible en dcgary.org) que se centra en el tema del discipulado misionero. ¿Adivinen qué encontrarán en la carta? Una lista de los Diez Principios del Discipulado Misionero. 

Nótese que no los llamo los "Diez Principales". Esta lista no es exhaustiva ni está necesariamente en un orden de clasificación. Está diseñada para agrupar algunos principios clave de una manera que, espero, haga que la comprensión de nuestro llamado al Discipulado Misionero sea un poco más accesible.

En la carta pastoral tengo explicaciones más detalladas, pero la lista incluye los Diez Principios del Discipulado Misionero: (1) Proclamamos a Jesús como Señor, (2) Estamos llamados a ser discípulos misioneros, (3) Invitamos a otros a un encuentro personal con Jesús, (4) Esta es la obra de Dios, no la nuestra, (5) Se requiere de nosotros oración y trabajo duro, (6) Nuestros esfuerzos como discípulos misioneros requerirán nuestra propia conversión continua, (7) La alegría debe ser evidente en nuestra invitación a los demás a entrar en un encuentro personal con Jesús, (8) La curación y la reconciliación son fundamentales para nuestros esfuerzos, (9) Un alcance atractivo y acogedor es esencial para nuestros esfuerzos y (10) Debemos abrazar un sentido de urgencia en este trabajo.

Aunque la carta se publicó recientemente, ya he oído a la gente reaccionar eligiendo su principio "favorito". Un hermano sacerdote me dijo que se alegraba de que incluyera el principio cuatro "Esta es la obra de Dios, no la nuestra". Comentó que a veces, cuando emprendemos nuestros esfuerzos misioneros, nos olvidamos de que es Dios quien realmente hace la obra a través de nosotros.

En el almuerzo con la clase de tercer año de nuestros estudiantes de Ministerio Eclesial Laico, mencionaron una conversación que tuvieron sobre la formación continua. Dijeron que el principio seis se convirtió en una forma de reflexionar sobre eso: "Nuestros esfuerzos como discípulos misioneros requerirán nuestra propia conversión continua".

Por mi parte, por supuesto, ¡me gustan todos! Sin embargo, he estado reflexionando un poco más sobre el principio siete: "La alegría debe ser evidente en nuestra invitación a los demás a entrar en un encuentro personal con Jesús." Tuve la bendición de ver este principio evidente cuando celebré la fiesta de la fundadora de las Hermanas de San Francisco de la Adoración Perpetua en la casa madre provincial de Mishawaka. Experimenté una gran alegría por parte de las hermanas y me di cuenta de lo atractivo que es para aquellos a los que sirven y para las mujeres que están discerniendo entrar en su comunidad.

Al mirar esta lista y profundizar en la carta pastoral, quizás encuentres alguna que sea particularmente aplicable o atractiva. Te animo a revisar las preguntas de reflexión a través de la lente de tu propio viaje personal. Tal vez te atraiga una que sea más desafiante, como el principio diez: "Debemos adoptar un sentido de urgencia en este trabajo". Mi oración es que, al esforzarnos por vivir estos principios (y muchos más que no figuran en esta lista), experimentemos grandes bendiciones en el noroeste de Indiana. 

Estoy encomendando a todos nosotros a los Santos Ángeles y a la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes

Tu siervo,

El Reverendísimo Robert J. McClory

Obispo

Diócesis de Gary